En México, existen brebajes milenarios que implican una gran tradición. Por su parte, el tequila es la bebida más famosa, y nace del destilado de agave, así como su hermano el mezcal; existe también el refrescante tepache, nacido de la fermentación de frutas y azúcar; sin embargo, no existe bebida más antigua y ancestral que increíble historia del pulque.
La Historia del pulque
El pulque es una bebida alcohólica que nace del fermentado de mucílago o aguamiel, y que se ha realizado en las tierras del México actual desde la época prehispánica. Los arqueólogos han encontrado grabados de piedra con la receta del pulque que datan del año 200 de nuestra era.
Origen en Mesoamérica
El origen del pulque está envuelto en leyendas: una habla de un ratón embriagado por el jugo del agave; otra, de Mayahuel y Ehécatl, quienes se transformaron en ramas, dando origen al pulque. En Mesoamérica, el consumo de pulque era restringido a ancianos, enfermos, mujeres recién paridas, hombres con trabajos pesados y durante la fiesta del Xantolo.
Bebida consagrada en Mesoamérica
El pulque, bebida divina para los mesoamericanos, se popularizó tras la conquista española, aunque más entre indígenas y mestizos, ya que los españoles lo veían como hereje. Con el tiempo, su consumo aumentó al olvidarse las leyes indígenas. Hoy, el pulque compite con el tequila, el mezcal y la cerveza como bebida nacional en México.
Proceso de fermentado del pulque
El pulque, como se ha dicho anteriormente, procederá del agave pulquero, también conocido como maguey. Este, después de haber madurado en un proceso que dura diez años, es capado y se le quita el corazón o huevo del maguey. Y después de ser abierto y raspada para que la planta suelte un jugo que se acopla al aguamiel de su centro, está retirado el pulque cada dos días en un recipiente conocido como odre.
Este proceso, puede llegar a durar dos meses, y la planta de maguey puede generar hasta 400 litros de agua.
El aguamiel se fermenta en recipientes de acero inoxidable al ser oxigenado al aire libre, con levadura. El resultado es el pulque, un líquido viscoso y blanco con 4% de alcohol. Se recomienda consumirlo recién fermentado para disfrutar su sabor óptimo.