Desde los tacos, ya sean de pastor, de suadero, de longaniza, de canasta o ya sean las quesadillas, el caldo tlalpeño, las chalupas, el guajolote hidalguense, las enchiladas, las enmoladas o simplemente para acompañar el guiso de cualquier mexicano, la tortilla es el alimento primordial para el país de México.
Acompáñanos a descubrir la historia de la tortilla de México.
La Increíble Historia de la Tortilla en México
En una mesa mexicana, a la hora de la comida, vea el guisado, las aguas frescas para tomar, y un paquete de tortillas, generalmente de un kilo, para ir degustando, con una mano tu platillo en la cuchara, y con la otra un pedazo de tortilla. De esta manera, la tortilla se vuelve esencial en la dieta mexicana. Incluido hemos compartido muchas recetas que llevan como ingrediente la tortilla.
¿Cuándo comenzó a servirse de esta manera? ¿Por qué es tan importante en la dieta de un mexicano? ¿Cuál es el origen de la tortilla?
Pues resultó que, la tortilla, es un aditamento gastronómico que nos acompaña desde al menos el año 500 a. C, pues en la región de Oaxaca se han encontrado vestigios de planchas de arcilla para preparar tortillas que datan de esa época.
La historia del maíz es tan impresionante en Mesoamérica, que por ejemplo en el libro Maya Popol Vuh, se habla de como el maíz es el origen del hombre, siendo los huesos del hombre y la mujer los que permiten la creación de la masa.
El maíz base de la tortilla
El maíz, siendo la base principal de alimento para las civilizaciones mesoamericanas, utiliza al mismo en diferentes formas. Los conquistadores y los frailes que convertían a los indígenas, localizarían a la tortilla como un pan de maíz. Los conquistadores creían que era como un pan cocido, o un pan que no tiene volumen.
Las técnicas empleadas para preparar tortillas variaban notablemente a lo largo de la historia. Por ejemplo, en las tortillas prehispánicas, la masa se formaba con las manos, lo que resultaba en una apariencia irregular. Durante la primera mitad del siglo XX, surgieron nuevas técnicas, como las desarrolladas por Salvador Guzmán en 1935 y Félix Rábago en 1936. Estos métodos consistían en utilizar dos planchas de metal, empleando un rasero para extender la masa de nixtamal en el agujero circular de la plancha superior, lo que permitía obtener discos de masa de manera más eficiente.
El consumo de tortillas se popularizó durante la época de la Nueva España y se volvió imprescindible para la subsistencia de los guerrilleros durante la independencia. Para la Revolución Mexicana, las tortillas ya eran un elemento arraigado en la dieta mexicana. Sin embargo, debido al largo proceso de producción de la masa y su moldeo manual, las clases altas solían evitar su consumo, convirtiendo a la tortilla en un alimento asociado principalmente a la clase trabajadora.
La industrialización de la producción de maíz comenzó en la década de 1940 para satisfacer la creciente demanda. En 1947, Fausto Celorio revolucionó la industria alimentaria mexicana al inventar la máquina para hacer tortillas, facilitando enormemente su preparación y aumentando la producción.
La introducción de la MASECA
una harina de maíz que agilizaba el proceso de elaboración de la masa, combinada con la máquina para hacer tortillas, permitió un amplio consumo de tortillas en la actualidad.
En la actualidad, el proceso sigue siendo similar al de los antiguos mayas que utilizaban el maíz mojado para producir el preciado nixtamal, que luego se convertiría en la masa de la tortilla. Sin embargo, se ha abandonado el uso del nixtamal por harina previamente preparada.
Y así es la historia de la tortilla, de ser un preciado tesoro que los indígenas vean con más valor que el oro, pasando por un proceso de rechazo de las clases privilegiadas de México post-revolucionario, hasta terminar por incluirlo en la dieta de cualquier mexicano siendo su riqueza de sabor, usado en todos los medios posibles.